20:42 22-10-2025
Tracción total en invierno: por qué no frena mejor y qué sí importa
En invierno, muchos conductores de coches con tracción total se sienten más seguros que el resto, convencidos de que el 4x4 los sacará de cualquier apuro. Sin embargo, como señaló el experto en automoción Dmitry Novikov en una entrevista con SPEEDME.RU, esa confianza puede ser engañosa. La tracción integral ayuda al arrancar y a superar firmes irregulares o resbaladizos, pero no mejora la frenada ni mantiene el coche pegado al asfalto en una curva; en carretera fría, esto se hace evidente.
Todo coche, sea cual sea la transmisión, desacelera con las cuatro ruedas. Si los neumáticos no encuentran agarre, ninguna mecánica lo va a cambiar. Además, muchos crossovers con AWD arrastran más peso, y ese extra puede alargar aún más la distancia de detención; se nota tanto en el tacto del pedal como en los metros que pasan.
En las curvas, la historia es parecida: cuatro ruedas motrices pueden domar el patinaje al acelerar a la salida, pero no van a salvar a un coche que entra demasiado rápido. La fe ciega en el AWD suele acabar mal; no es casualidad que en invierno más de un SUV 4x4 termine en la cuneta. La confianza sirve hasta que la fricción pone los límites.
La seguridad real la aportan los neumáticos. Las pruebas muestran que un tracción delantera con buenas gomas de invierno se detiene antes que un modelo con tracción total calzado con neumáticos de verano.
El consejo de los especialistas es claro: en la temporada fría, los aliados de verdad son una conducción serena, maniobras suaves y unos buenos neumáticos de invierno. La tracción total ayuda a ponerse en marcha, pero no a detenerse; conviene tenerlo presente cuando la calzada se vuelve deslizante.