22:29 25-10-2025

Por qué Michigan canceló la planta de baterías de Gotion y qué significa para la carrera de los vehículos eléctricos

Uno de los proyectos industriales más ambiciosos de Estados Unidos —la planta de baterías de Gotion High-Tech en Míchigan, valorada en 2.4 mil millones de dólares— ha sido cancelado oficialmente. La corporación estatal de desarrollo económico retiró su respaldo financiero y exigió la devolución de 23 millones de dólares en subvenciones ya desembolsadas.

Gotion, una compañía con sede en China y entre los tres mayores fabricantes de baterías del mundo, planeaba levantar en el país una instalación para producir celdas LFP (litio‑hierro‑fosfato) y NMC (níquel‑manganeso‑cobalto), con la promesa de 2.350 empleos y formación para especialistas locales. La iniciativa tropezó con la oposición de autoridades municipales que denunciaron presuntos vínculos con el gobierno chino. Tras las elecciones de 2023, el concejo de Green Charter Township fue reemplazado y la nueva composición votó en contra de la planta.

Según los abogados de Gotion, el giro de Míchigan respondió a ataques de tinte racista y motivación política. Incluso sin ese pulso, el proyecto ya mostraba grietas: la demanda de vehículos eléctricos se enfría y se han cancelado los créditos fiscales de 7.500 dólares para sus compradores. Más allá del ruido, cuesta no ver cómo ese entorno erosiona la confianza de proveedores y retrasa decisiones de inversión.

Aun así, expertos admiten que dar la espalda a iniciativas de este calibre deja a EE. UU. más blando en la carrera global de las baterías, mientras China ya domina buena parte de la tecnología y la fabricación. En términos de estrategia, suena a retirada en el preciso momento en que se reconfigura el mapa de suministros y cuando la inercia pesa.