04:50 28-10-2025

5 hábitos cotidianos que dañan la transmisión automática

Las transmisiones automáticas modernas son fiables y eficientes, pero no perdonan los malos hábitos. Según el mecánico Alexey Stepantsov, un puñado de costumbres cotidianas va desgastando la caja de cambios sin hacer ruido, y muchos conductores las repiten sin pensar.

Para empezar, dejar el coche rodar en punto muerto. Antes se veía como una forma de ahorrar combustible, pero los coches modernos cortan la inyección en retención, así que el beneficio real desaparece. Peor aún, si de repente hay que acelerar, se pierde tiempo al volver a la posición Drive, y ese retraso puede ser comprometedor. Parece una medida ahorradora, pero es un ahorro ficticio.

Otra torpeza habitual es cambiar de marcha sin detenerse por completo. Pasar de R a D con el coche todavía en movimiento carga embragues y bandas de freno, piezas que no están para frenar el vehículo. Acelera el desgaste y un gesto nimio puede acabar en una reparación mayor.

El tercer tropiezo es el llamado arranque en punto muerto: el conductor sube de vueltas con la palanca en punto muerto y luego la pasa de golpe a Drive. Esa salida castiga el convertidor de par y provoca deslizamiento de embragues, reduciendo su vida útil varias veces. Pocas cosas maltratan más a una automática.

Además, no tiene sentido seleccionar punto muerto en un semáforo en rojo. La carga sobre la transmisión al esperar con una marcha engranada es mínima, y el ahorro de combustible es despreciable. Si la pausa es larga, es más seguro apagar el motor.

Y por último, engranar P antes de detenerse del todo. Eso somete a un gran esfuerzo el trinquete de estacionamiento y puede romperlo: un instante que se convierte en una lección muy cara.

Estos fallos sencillos aparecen incluso entre conductores con experiencia, y a menudo son los mismos hábitos que adelantan una avería prematura de la transmisión; conviene desterrarlos.