18:23 06-12-2025
¿Debe MINI apostar por la tracción trasera? Identidad, peso y el papel de la Neue Klasse
Entre los analistas gana fuerza la idea de revisar el concepto técnico de MINI. A medida que los coches crecen en tamaño y peso, la marca se aleja poco a poco de ese tacto de kart que durante años definió a sus modelos. No es pura nostalgia: ese feedback inmediato ayudó a forjar su identidad.
Si los primeros compactos rondaban los 680 kg, un MINI Cooper actual supera ya los 1.360 kg. Con la mayor superficie sobre el asfalto llegó también más potencia y, con ella, un tirón de par en la dirección más acusado, rasgo propio de los esquemas de tracción delantera. La tracción total mitiga el síntoma, pero a la vez empuja al modelo todavía más lejos de la filosofía original de la marca.
En este contexto, sobre la mesa aparece un posible paso a la tracción trasera. Echar mano de la arquitectura Neue Klasse de BMW podría acercar el comportamiento de los MINI más grandes a una dinámica más cercana a la de BMW, sin perder proporciones contenidas. Por ahora, no hay indicios de que vaya a aplicarse. Con el MINI Cooper eléctrico ya en el mercado, un cambio de esquema no parece probable en los próximos años.
Aun así, los expertos señalan que los hot hatch siguen teniendo tirón y crece el interés por vías alternativas. Quienes priorizan el placer de conducción sopesan el encanto del MINI de tracción delantera de siempre frente a una hipotética futura versión con otra arquitectura. De momento, MINI mantiene el rumbo, aunque el debate sobre cómo recuperar el carácter de las primeras generaciones suena cada vez con más fuerza.