El máximo responsable de Ford señaló que la preparación está prácticamente terminada: los componentes ya están asegurados, los prototipos superan con éxito las pruebas en carretera y la planta de Louisville se moderniza y se alista para el inicio de la producción en serie. Los paquetes de baterías LFP se fabricarán en una nueva instalación que la compañía planea abrir en Marshall (Michigan).

La próxima pickup de Ford adoptará una carrocería de cuatro puertas, lo que facilitará el acceso de los pasajeros a la segunda fila. También ofrecerá un generoso maletero delantero, un espacio extra muy útil para equipaje y objetos cotidianos.

El camión eléctrico incorporará el sistema de asistencia a la conducción BlueCruise, que permite cierto grado de automatización en condiciones específicas, una ayuda pensada para aliviar la tarea al volante cuando el entorno es favorable.

Ford apunta a un precio de partida en torno a 30.000 dólares, posicionando el modelo como una opción convincente entre las camionetas compactas y medianas pensadas para el día a día, el trabajo de carga y las escapadas de fin de semana. Si la marca logra esa cifra, podría presionar a la baja los precios del segmento y ampliar el atractivo de estos trabajadores eléctricos.

Tomado en conjunto, el programa parece listo para desempeñar un papel clave en el esfuerzo de Ford por expandir su oferta de vehículos eléctricos y reforzar la presencia de la marca en el mercado eléctrico de gran volumen.