GAC traza un rumbo audaz: la marca se propone un volumen inicial de 1.000 vehículos en el primer año tras el lanzamiento (2025). A partir de ahí, el crecimiento debería ser rápido: para finales de 2028, la compañía apunta a rondar los 33.000 coches anuales, multiplicando casi por treinta y tres el estreno.

Esa hoja de ruta busca catapultar a GAC entre las diez marcas de autos más vendidas de Australia en 2028, un hito que supondría un ascenso fulminante para un recién llegado.

En el arranque, la gama abarcará tres modelos y distintas propulsiones: Emgrand EMZOOm, un crossover de gasolina convencional; Aion V, un crossover 100% eléctrico; y M8 PHEV, un monovolumen ejecutivo con sistema híbrido enchufable.

Tras esa primera fase, el catálogo sumará otros dos modelos de GAC, elevando la oferta total a cinco. Con una alineación más amplia, la marca podrá extender su alcance y hablar a públicos de perfiles distintos.

La combinación sugiere una ofensiva equilibrada: un crossover de gasolina para cubrir el volumen principal, un eléctrico que proyecta tecnología y un monovolumen PHEV orientado a quienes priorizan confort con una solución enchufable. Sobre el papel, la estrategia cubre bases clave del mercado.

Aun así, el camino no será sencillo. El mercado australiano es intensamente competitivo y muchos compradores se inclinan por nombres con larga trayectoria. Líderes como Toyota, Mazda y Hyundai mueven cada año volúmenes muy superiores, incluso frente a objetivos tan ambiciosos como estos.

Para meterse entre los diez primeros, GAC tendrá que pelear cada cliente y ganarse la confianza con precios afilados, una posventa solvente y productos fiables. Si la ejecución es consistente en esos frentes, el plan resulta verosímil; si tropieza, cerrar la brecha con rivales asentados será mucho más duro.