Tesla atraviesa su mayor bache de ventas en China en tres años. Según la China Passenger Car Association (CPCA), la compañía vendió solo 26.006 vehículos eléctricos en octubre de 2025, un 35,8% menos que un año antes. Es su mes más flojo desde 2022 y un contraste abrupto con septiembre, cuando despachó más de 71.000 unidades gracias al empuje del nuevo Model Y L, con batalla extendida y seis plazas.

La cuota de la firma estadounidense en el mercado chino de eléctricos cayó al 3,2%, desde el 8,7% del mes previo. Al mismo tiempo, las exportaciones de los Tesla fabricados en China subieron a un máximo de dos años, con 35.491 unidades.

El tropiezo en China coincidió con una demanda más tibia en Europa: Alemania, España, los Países Bajos y los países nórdicos también registraron descensos. En el mercado chino, Tesla se mide a una competencia local feroz: las marcas domésticas cargan más tecnología y aprietan los precios. El patrón que dibujan los datos es nítido: hoy se premian las actualizaciones rápidas y la agresividad en tarifas, y la fuerza de marca, por sí sola, alcanza para menos. La sensación es que el mercado se ha vuelto de reflejos cortos: quien no ajusta producto y precio a ritmo acelerado queda expuesto.

Xiaomi destacó con un récord de 48.654 SU7 y YU eléctricos, pese a incidentes recientes que despertaron dudas sobre la seguridad. Además, las ventas totales de vehículos en China retrocedieron en octubre por la retirada de subsidios y ventajas fiscales, un viento en contra adicional para Tesla.

Analistas señalan que la empresa de Elon Musk se ha visto acorralada: las marcas chinas consolidan sus avances mientras el interés por la estandarte estadounidense se enfría más deprisa de lo previsto. Revertir esa tendencia, a la vista de las cifras, requeriría respuestas de la misma velocidad en producto y precio.