BMW Group presentó en el evento Fleet Europe Days en Luxemburgo un nuevo enfoque para reducir la huella de carbono de los coches diésel. La marca lanzó una flota de demostración que funciona con HVO100 (aceite vegetal hidrotratado), un combustible que, frente al diésel convencional, puede recortar las emisiones de CO2 hasta en un 90%. Para las flotas que dependen del diésel, suena a paso práctico que aporta recortes reales sin tocar la mecánica, una solución con sentido para quienes aún no pueden electrificarse.

A partir de enero de 2025, todos los modelos diésel de BMW fabricados en Alemania se llenarán con HVO100 antes de salir hacia los concesionarios. El proyecto controlará el uso del combustible mediante datos de los propios vehículos y los sistemas de pago de los operadores de flotas, añadiendo transparencia al tránsito hacia combustibles más limpios. Que el ahorro se pueda medir y verificar debería facilitar la adopción masiva.

La compañía señala que el uso de HVO100 no exige modificaciones en el motor y puede ser una solución eficaz para las flotas corporativas y los propietarios de vehículos de 2026. BMW también insta a la UE a acelerar la aplicación de las normas RED III, que piden al menos un recorte del 30% en las emisiones vinculadas a los combustibles. Si la regulación avanza al ritmo que reclama la marca, este combustible renovable tiene margen para ganar tracción como opción realista a corto plazo.