En Europa ya se ha abierto la puja por uno de los proyectos más singulares de Mansory: el G 63 Star Trooper pickup, desarrollado junto con el diseñador Philipp Plein. Solo existen siete unidades, y una de ellas se ofrece por casi un millón de euros con impuestos. En el pequeño universo de los todoterrenos de colección, es un hito: las creaciones de Mansory llevan tiempo funcionando como una especie de moneda propia entre los coleccionistas.

Según informa 32CARS.RU, de un G 63 de serie queda muy poco en esta máquina. Los ingenieros acortaron la carrocería, integraron un módulo de carga y sustituyeron paragolpes, capó y ensanches de pasos de rueda, con un uso generoso de la fibra de carbono. El camión luce un acabado gris y negro con detalles en rojo y una firma lumínica llamativa que hace que el pickup destaque cuando cae la noche. En las fotos en vivo transmite más la idea de prototipo que de modelo de producción.

En lo técnico impresiona aún más. Bajo el capó hay 838 hp y 1.000 Nm, suficientes para un 0–100 km/h en 2,5 segundos: cifras que rozan lo irreal para un vehículo de este tamaño. El habitáculo llega bien surtido, desde un sistema de audio Burmester hasta techo panorámico y numerosos asistentes a la conducción. El odómetro marca unos 1.350 kilómetros, así que, en la práctica, está casi nuevo.

Con ese precio, se podrían comprar varios G 63 convencionales, pero en el coleccionismo del tuning rigen otras reglas. El Star Trooper no busca la racionalidad tanto como ese impulso de tener algo que casi nadie más posee, y ahí es donde reside su atractivo.