La tecnología propone tres formas de gestionar una llamada entrante cuando se conduce, ajustándose a lo que ocurre en la carretera.

Aceptar la llamada

Si el conductor no está inmerso en maniobras activas o la carga de trabajo es baja, el sistema sugiere contestar en cuanto entra la llamada.

Rechazar la llamada

Cuando el vehículo circula a buen ritmo o el conductor está muy ocupado con el control del coche, el sistema la rechaza sin notificar a quien llama.

Poner la llamada en espera

También es posible mantenerla en espera de forma temporal hasta que disminuya la exigencia de atención que impone la vía.

Además, el sistema puede adaptarse a las preferencias del propietario en cuanto a prioridades de contacto, de modo que ciertos números o categorías tengan un trato especial. Por ejemplo, familiares o socios de negocio pueden situarse por delante del resto.

El objetivo, en esencia, es reforzar la comodidad y la seguridad gestionando de manera automática las llamadas entrantes según el tráfico y la carga de trabajo del conductor. En el día a día, este filtrado inteligente reduce distracciones en momentos clave y, cuando las condiciones lo permiten, deja pasar a los contactos más relevantes; una lógica que suena natural al volante.