El desarrollador francés Jean‑Baptiste Segard ha presentado la versión actualizada de Far‑a‑Day, un remolque‑batería pensado para ampliar la autonomía de los coches eléctricos. La idea contempla estaciones situadas en los accesos a autopistas, donde un módulo descargado puede sustituirse por otro cargado en menos de dos minutos.

Citroën e-C3, Far-a-Day
far-a-day.com

Con un peso en torno a 500 kg, el remolque integra una batería de 60 kWh y se acopla al coche automáticamente. El módulo puede sumar hasta 300 km de alcance, un salto que supera lo que la carga rápida suele ofrecer a los eléctricos pequeños. Por ejemplo, el compacto Citroën e‑C3 con batería de 40 kWh cubre unos 220 km en autopista; con un remolque Far‑a‑Day, la distancia total se acerca al nivel de los mejores turismos de largo recorrido. Para viajes esporádicos, el esquema de intercambio se perfila como una solución más limpia que arrastrar una batería sobredimensionada todos los días. En el uso real, añadir autonomía solo cuando hace falta evita penalizar el día a día.

El primer corredor de pruebas está previsto para 2026 en la ruta París–Burdeos. Para 2027, la red debería contar con unas 30 estaciones. Según los desarrolladores, el coste de la energía será comparable al de la carga rápida. El sistema se dirige a propietarios de eléctricos con baterías pequeñas que rara vez, aunque a veces de forma crítica, necesitan autonomía adicional. Las limitaciones son claras: el coche debe estar homologado para remolcar y equipado con un enganche de remolque.