Audi, Nissan y Voyah han anunciado la creación del Matrix Charging Interest Group (MCIG) para fijar un estándar de carga automática por conducción. La tecnología se basa en el contacto físico directo entre una placa de carga instalada en el suelo y una pastilla de contacto situada bajo el vehículo. Según las compañías, la eficiencia alcanza el 99,8%, lo que la coloca entre las formas más eficaces de reponer la batería de un eléctrico. Una cifra así apunta a una apuesta pragmática por el rendimiento en el mundo real antes que por la novedad.

El sistema está desarrollado por la austriaca Easelink, que viene probando la tecnología desde 2016. En Viena y Graz, 66 taxis eléctricos equipados con Matrix Charging se sometieron a pruebas que demostraron su idoneidad para el uso diario. Las licencias se ofrecen en términos que permiten a los fabricantes adaptar la solución a sus propios modelos. Utilizar flotas de taxi como banco de pruebas dice mucho: los ciclos de trabajo exigentes sacan a la luz cualquier debilidad con rapidez, de modo que unos ensayos solventes insinúan una robustez sólida.

MCIG supervisará el despliegue de una interfaz estandarizada y se coordinará con los organismos internacionales ISO e IEC. Los fabricantes de automóviles esperan que un sistema conductivo simplifique la experiencia de carga y pase a formar parte de la infraestructura de los futuros eléctricos. Con un mercado en expansión, el objetivo es hacer el proceso más cómodo para acelerar la transición hacia la movilidad de cero emisiones. Si el grupo consigue armonizar las interfaces a tiempo, el camino hacia un despliegue amplio se perfila más claro tanto para conductores como para operadores de flota.