Un inusual Rolls-Royce Ghost ha aparecido en el mercado de usados, y llama la atención por combinar un exterior contenido con un habitáculo de tonos vivos. En las fotos el sedán parece casi nuevo: el acabado Black Diamond contrasta con los cromados tradicionales y unas llantas negras con los característicos tapacubos centrales flotantes de la marca. A primera vista es un Ghost clásico… hasta que se abre la puerta.

Por dentro, el tratamiento es a medida: cuero morado realzado por acentos en mandarina. La paleta es atrevida pero armoniosa, se percibe más de sastrería que ostentosa, y con toda probabilidad fue ejecutada en Goodwood como un pedido especial. También incorpora el techo Starlight, ese detalle sin el que ya cuesta imaginar un Rolls-Royce moderno.

Rolls-Royce Ghost
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El kilometraje es mínimo —unos 5.000 km—, lo que lo acerca al terreno de las piezas casi de colección. El vendedor no revela el historial de mantenimiento ni el número de propietarios, aunque asegura que facilitará esos datos a quien los solicite.

La clave está en el precio. El Ghost figura por 249.980 dólares, en la órbita de un Mercedes‑Maybach S 680 nuevo. Con el peso del modelo, su diseño y la atmósfera que propone, la cifra parece más que razonable.