Isuzu D‑Max 2027: por qué se retrasa y qué mejoras prepara
Isuzu D‑Max 2027 a fondo: ciclo de 8 años, falta de híbridos, futuro del diésel 3.0, caja de 8 marchas, mejoras 4x4 e interior y ventaja en seguridad ANCAP.
Isuzu prepara la próxima generación del D‑Max, pero la espera será más larga de lo previsto. Un ingeniero de la marca, en el salón de Tokio, prácticamente confirmó un ciclo de actualización de ocho años y apuntó a un estreno global en 2027. La generación actual llegó en 2019 y, seis años después, el modelo ha quedado por detrás de rivales más frescos —Toyota HiLux, Nissan Navara y, sobre todo, el híbrido BYD Shark, que ya superó las 15.000 unidades en Australia—. Con ese calendario, el hueco corre el riesgo de ampliarse antes de empezar a cerrarse.
En Isuzu reconocen que la ausencia de híbridos empieza a convertirse en un problema. Los nuevos estándares NVES golpearán con fuerza a una gama dominada por el diésel, especialmente sin eléctricos que compensen posibles penalizaciones. Existe un D‑Max eléctrico para Europa, pero su autonomía de 263 km se reduce a la mitad con carga, de modo que esa versión tiene visos de seguir siendo una opción de nicho. Para una pick‑up que suele remolcar y cargar peso, esa limitación pesa demasiado.
También queda en el aire el futuro del diésel de 3,0 litros desarrollado específicamente para Australia. Para mantener el tipo, el motor necesita más potencia y la transmisión debería dar el salto a un automático moderno de ocho marchas. Se esperan, además, mejoras en la tracción total, un apartado en el que el D‑Max va por detrás de los Ford Ranger y HiLux. Un cambio a ocho relaciones y un 4x4 más capaz atacarían los puntos dolorosos más evidentes.
El interior también pide un salto: los rivales ya ofrecen dobles pantallas de 12 pulgadas y un abanico más amplio de confort y tecnología. En seguridad, sin embargo, Isuzu se mantiene entre los líderes: el modelo fue el primero de su clase en incorporar airbag central y un AEB avanzado, y conserva su calificación ANCAP hasta 2028. Esa ventaja inicial en protección le da a la marca algo de margen mientras resuelve el resto.