Alemania quiere reforzar la protección de los ciclistas frente a los siniestros provocados por puertas que se abren de golpe: esos casos en los que la puerta de un coche estacionado invade la trayectoria de quien pedalea. Según medios alemanes que citan a la autoridad de transporte, el Gobierno federal planea obligar a los fabricantes a equipar sistemas de advertencia. El ministerio considera que el asunto es prioritario y subraya que quienes circulan pegados a hileras de coches aparcados son los más expuestos.

La idea es simple: el vehículo debe avisar al conductor o al pasajero de que un ciclista u otro usuario de la vía se aproxima por detrás, dejando claro que abrir la puerta a ciegas entraña peligro. El debate también abarca funciones de bloqueo automático, sistemas capaces de retener la puerta durante un instante cuando el riesgo de impacto es alto. Y, dado que una mirada rápida puede fallar en el tráfico denso, integrar ese recordatorio en el propio coche se perfila como una solución pragmática a un problema más ligado a la rutina que a la intención. Es una línea de actuación que encaja con lo que se vive a diario en la calle.

La comunidad ciclista en Alemania ha recibido bien la iniciativa. La ADFC señaló que lleva tiempo abogando por alertas obligatorias, junto con un mecanismo automático que impida abrir la puerta en un momento comprometido. No sorprende: medidas así tienden a sumar seguridad sin alterar la dinámica del día a día.