China anunció la creación y el despliegue de un sistema de gestión de riesgos basado en tecnología para afrontar lo que la industria denomina una doble pérdida de control en los vehículos de nueva energía: el embalamiento térmico y los incidentes súbitos ligados a la pérdida de control de la velocidad. Según el regulador, el conjunto reúne análisis forense profundo de accidentes, herramientas de identificación de defectos y un tándem de alertas en línea con diagnósticos fuera de línea, todo ello coordinado a través de una plataforma inteligente de supervisión en la nube. En la práctica, el diseño se entiende como un intento de hilvanar detección, análisis y respuesta en un solo ciclo, un objetivo con el que el sector ha tropezado más de una vez.

En el terreno investigador, se propone un enfoque de doble trazabilidad para indagar las causas del embalamiento térmico, que relaciona causas y evidencias con mayor precisión que los métodos de umbrales simplificados y las inspecciones básicas de la escena. La autoridad señala que estas tecnologías ya se han aplicado en 48 investigaciones por incendios y 30 casos de pérdida súbita de control, 78 incidentes en total. Para un mercado en plena expansión, esa aproximación más fina suena a remedio necesario.

Para confirmar defectos, se recurre a un método que combina datos y evidencias: un preanálisis de macrodatos respaldado por ensayos de ingeniería tanto en software como en hardware. El regulador afirma que esto aceleró los trabajos relacionados con incendios, con una mejora de eficiencia del 214%, y ayudó a construir cadenas probatorias coherentes. También apunta a una metodología de interacción humano–entorno para los defectos vinculados a pérdidas repentinas de control, junto con estándares nacionales que cubren el análisis de defectos de incendio y cuestiones en las funciones de frenado regenerativo.

En la prevención sobre el terreno, el sistema habría señalado por adelantado 103 vehículos con alto riesgo de incendio, mientras que las herramientas fuera de línea —como soluciones de detección de fugas e inspección visual— buscan cerrar brechas en las comprobaciones de seguridad de las baterías. La plataforma ya ha integrado datos de cinco fabricantes y supervisa 710.000 vehículos; si cumple lo prometido, debería afinar el diagnóstico, acelerar las reparaciones y mejorar la respuesta de emergencia. Justo el tipo de engranaje que el ecosistema necesita para convertir la monitorización en acciones tangibles.