Stellantis y Bolt han anunciado una alianza para desarrollar y desplegar vehículos autónomos de nivel 4 destinados a servicios de movilidad urbana. Las pruebas comenzarán en varios países europeos en 2026, y la producción en serie se fija para 2029.

El proyecto se apoyará en las plataformas AV-Ready de Stellantis, entre ellas eK0 y STLA Small. Estas arquitecturas integran sensores, sistemas de computación y redundancia de componentes para cumplir los requisitos de seguridad y, además, ayudar a contener los costos operativos de las flotas: una señal de que el hardware se concibe no solo por capacidad, sino también con la economía del servicio en el mundo real en mente.

Bolt, presente en más de 50 países, aspira a incorporar hasta 100.000 vehículos autónomos a su plataforma para 2035. El despliegue será por etapas: de prototipos a flotas piloto y, después, a una expansión más amplia. Es una ruta deliberada que, en la práctica, suele separar los titulares del despliegue sostenido.

Las compañías también trabajan con los reguladores europeos en la certificación y la introducción en el mercado. En iniciativas de este calibre, la sintonía regulatoria acostumbra a marcar el ritmo tanto como el propio avance técnico.

Stellantis indica que las flotas autónomas pueden recortar emisiones y aliviar la congestión mediante la optimización de rutas. Para los usuarios de servicios de movilidad, estos vehículos podrían complementar la oferta actual de eléctricos urbanos y ampliar el abanico de alternativas más limpias para desplazarse por los grandes centros urbanos.