Medios internacionales señalan que el Grupo Volkswagen prevé que su producción mundial de vehículos caiga un 3,5% en 2025. La desaceleración prevista se vincula a un menor dinamismo en las ventas de eléctricos y a un recorte de la fabricación en China.

En 2024, Volkswagen ensambló alrededor de 8,35 millones de vehículos; no obstante, en 2025 se anticipa un repliegue a medida que la demanda se enfría en regiones clave. El descenso será más visible en China, donde la producción podría reducirse en más de 300.000 unidades, aproximadamente un 11,4%. La dimensión de ese ajuste apunta a un año de cautela más que a una corrección abrupta.

El menor impulso de los modelos eléctricos también pesa en el total. Con la competencia al rojo vivo y un interés del consumidor que crece a un ritmo contenido, el grupo está reevaluando sus planes de fabricación. A la vista de los datos, suena a decisión sensata: hoy importa más ajustar la oferta a la demanda real que perseguir volumen por inercia.

Aun así, Volkswagen sigue adelante con la modernización de sus plantas y la ampliación de la gama prevista para 2026, incluidos modelos eléctricos, con la idea de reforzar su posición en el escenario global. El gesto transmite continuidad, no retirada.