Seat y Cupra han inaugurado oficialmente una planta de ensamblaje de sistemas de batería en Martorell, un proyecto enmarcado en la estrategia del Grupo Volkswagen para reforzar a España como uno de los polos de electromovilidad de Europa. La instalación se centrará exclusivamente en la producción en serie de nuevos modelos a partir de 2026, señal inequívoca de que el proyecto deja atrás las pruebas piloto para entrar en la fabricación a gran escala.

La inversión asciende a 300 millones de euros y el complejo ocupa 64.000 m². La línea está configurada para montar un paquete de baterías cada 45 segundos —hasta 1.200 unidades diarias y en torno a 300.000 al año—. Desde 2026, la planta suministrará sistemas de batería para el Cupra Raval y el VW ID. Polo. Los paquetes se trasladarán al área de ensamblaje por un puente automatizado de 600 metros, una solución logística que subraya la apuesta por la eficiencia y el flujo, un detalle que en la práctica suele marcar diferencias en el ritmo de producción.

La instalación emplea sistemas de batería MEB+ con celda unificada, un diseño compacto de tipo cell-to-pack y soporte para la química de fosfato de hierro y litio. Volkswagen explica que este enfoque apunta a reducir costes, mejorar la escalabilidad y rebajar la dependencia de proveedores externos. En total, el Grupo ha invertido alrededor de 10.000 millones de euros en la transformación de sus operaciones en España, incluidos 3.000 millones destinados a la electrificación de Martorell. Al mismo tiempo, la planta mantiene la flexibilidad para producir modelos eléctricos, híbridos y tradicionales para distintas marcas del Grupo: un planteamiento pragmático para capear cambios de demanda manteniendo abiertas las opciones de mezcla de producto.