Honda ha dejado claro que va en serio para preservar su herencia deportiva. La compañía lanza la nueva división Heritage Works para suministrar piezas genuinas y acometer restauraciones de fábrica de modelos icónicos, empezando por el NSX de primera generación. Para una marca sinónimo de precisión ingenieril y fiabilidad, es un movimiento lógico, aunque esperado desde hace tiempo, que además refuerza la idea de cuidar lo que la hizo grande.

La iniciativa se articula en dos frentes. Por un lado, Honda Heritage Parts se centrará en reproducir componentes descatalogados, ya sea mediante piezas compatibles fabricadas con materiales y procesos actuales o mediante reproducciones exactas que calcan los elementos de la era del NSX original. Para los propietarios de deportivos clásicos, atajar la escasez crónica de componentes auténticos apunta directamente al foco del problema.

Por otro, Honda Restoration Service ofrecerá restauraciones integrales de fábrica. Los trabajos se realizarán en una instalación de la prefectura de Tochigi, donde en su día se produjo el NSX. Los clientes podrán elegir entre una restauración básica, enfocada en motor, suspensión y rendimiento dinámico, o una reconstrucción completa que abarque carrocería, interior y mecánica, ajustada al estado de cada unidad. Empezar por el NSX suena a elección natural para un programa que gira en torno a un icono.

Honda empezará a aceptar solicitudes de restauración del NSX de primera generación en enero de 2026 a través de su red de concesionarios, con los trabajos previstos para la primavera. Las piezas estarán disponibles en todo el mundo; la restauración, por ahora, se limita a Japón, una restricción comprensible que puede complicar la participación de propietarios en el extranjero, pero que no empaña el mensaje de fondo: mantener vivo el legado importa.