Intervalo ideal para cambiar el aceite del motor: 8.000–10.000 km y cuándo acortarlo
¿Cada cuánto cambiar el aceite del motor? Analizamos el vídeo de un técnico de Honda y fijamos un intervalo sensato: 8.000–10.000 km según uso, aceite y manual.
El debate sobre cada cuánto cambiar el aceite del motor no muere desde hace décadas: unos defienden intervalos de 5.000 km, otros están convencidos de que los propulsores modernos con aceite sintético pueden estirarse con comodidad hasta 15.000. Incluso entre especialistas, las posturas se separan.
Un breve vídeo de un técnico de Honda volvió a encender la discusión. Mostró dos motores uno al lado del otro: uno atendido cada 8.000 km y otro cada 15.000 km. La diferencia saltaba a la vista: el que pasaba por el taller con más frecuencia se veía claramente más limpio, mientras que el enfoque más espaciado dejaba una película oscura y un tono anaranjado que muchos atribuyeron a un envejecimiento más rápido del lubricante y a los depósitos resultantes. Vistas esas imágenes, cuesta discutir la lógica de acortar los plazos.
Los comentarios, como era de esperar, estallaron. Una parte del público abogó por 4.000–6.000 km para quedarse tranquila, mientras que otros dijeron que, con el sintético adecuado, eso es gastar de más. El fondo es evidente: cuanto más duras sean las condiciones de uso, más corto debe ser el intervalo. Atascos con constantes arranques y paradas, recorridos breves, arranques en frío, calor, conducción con brío y regímenes altos sostenidos acortan la vida del aceite con rapidez. Y el coste de un cambio adicional suele ser insignificante comparado con lo que puede valer una reparación de motor.
Un punto medio razonable para la mayoría de los coches es adelantar el cambio respecto al límite superior del libro de mantenimiento, sobre todo si se busca una propiedad sin sobresaltos. Muchos mecánicos señalan 8.000–10.000 km como una ventana sensata para la mayoría de los motores, mientras que 15.000 km tiende a ser apropiado solo con un uso ideal y un aceite de alta calidad con las aprobaciones del fabricante. Y, por supuesto, es crucial verter exactamente la viscosidad y la especificación que figuran en el manual del propietario. En la vida real, apostar por el lado prudente rara vez defrauda.