Toyota prepara baterías de estado sólido para 2028: 1.200 km y debut en un Lexus deportivo
Toyota impulsa baterías de estado sólido para vehículos eléctricos: hasta 1.200 km por carga, debut en 2028 con un Lexus y menor CO₂ en el ciclo de vida.
Las baterías de estado sólido de Toyota prometen avances tangibles para la próxima generación de vehículos eléctricos, al combinar una alta eficiencia energética con un empaquetado más compacto. La tecnología apunta a una elevada potencia específica, capaz de entregar mucha energía incluso en formatos más pequeños. Al reducir el tamaño del paquete, debería bajar el peso total del vehículo y liberarse más espacio en el habitáculo, algo que se traduce en mayor confort para los pasajeros y mejor usabilidad en el día a día.
Además, la tecnología SSB podría estirar la autonomía por carga hasta unos llamativos 1.200 kilómetros, reforzando con claridad la independencia de conducción. El despliegue será gradual, con inicio previsto para 2028, y en un primer momento quedará reservado a modelos de alto nivel y variantes de enfoque prestacional debido a los elevados costos iniciales de producción. Una hoja de ruta prudente, acorde con el arranque de una tecnología costosa.
El primer modelo en adoptarlas será, con mucha probabilidad, un Lexus eléctrico de talante deportivo, elegido para mostrar el potencial del sistema, donde el rendimiento y la dinámica tienen un peso especial. Es una jugada lógica: los modelos halo ponen bajo el foco las ventajas de paquetes más ligeros y una entrega de potencia más intensa antes de dar el salto a una adopción más amplia.
Más allá de la ficha técnica, los electrolitos sólidos también deberían reforzar el perfil de sostenibilidad de la marca. Al alargar la vida útil de las baterías de litio, se prevé reducir las emisiones de CO₂ del ciclo de vida en torno a un 75%, gracias a sustituciones menos frecuentes y a una menor necesidad de elementos escasos usados en las celdas convencionales. Si estos objetivos se mantienen en producción en serie, el argumento ambiental puede resultar tan convincente como las ganancias en prestaciones.