En la prueba de choque frontal con solapamiento moderado del IIHS, el Toyota Corolla Cross obtuvo una calificación Aceptable, lo que le impidió alcanzar la nota más alta. El resultado se vio condicionado por dos aspectos: una protección de la cabeza insuficiente para los pasajeros de la segunda fila y una posición del cinturón de hombro demasiado elevada.

Dicho esto, el Corolla Cross firmó cifras sólidas en otras evaluaciones clave del IIHS. Se comportó con solvencia en el impacto lateral y en el choque frontal con pequeño solapamiento, lo que refuerza una base consistente de seguridad pasiva.

El sistema de iluminación también fue puesto bajo la lupa. Los faros en la configuración de serie ofrecieron visibilidad adecuada en línea recta, aunque el reparto del haz en determinados tramos de curva evidenció margen de mejora. En el lado positivo, las luces altas automáticas vienen equipadas de serie en toda la gama.

La comodidad y la usabilidad de las asistencias al conductor recibieron buenos comentarios. Quienes lo utilizan valoraron el recordatorio del cinturón, la sencillez para instalar sillas infantiles y la eficacia del frenado automático de emergencia incluso de noche, cuando la visibilidad es limitada.

Tomado en conjunto, el Corolla Cross se presenta como un crossover bien resuelto: con algunos puntos que piden un ajuste fino —la geometría de los sistemas de retención traseros y la puesta a punto de los faros—, pero con un rendimiento de seguridad de base que transmite confianza en el día a día.