El responsable de desarrollo técnico de Volkswagen, Kai Grünitz, aseguró que al grupo alemán no le inquietan los fabricantes chinos. En conversación con Autocar, subrayó que décadas de construir automóviles dan a Europa una ventaja natural, una idea que se apoya en la experiencia acumulada más que en grandes declaraciones.

La compañía prepara una nueva oleada de eléctricos accesibles: Volkswagen ID. Polo, ID. Cross, CUPRA Raval y Skoda Epiq. Los cuatro se desarrollaron a un ritmo récord —36 meses— y se fabricarán en las plantas del grupo en Martorell y Navarra, en España. Solo el calendario ya sugiere una urgencia distinta dentro del programa, con un claro afán por llegar a tiempo a la batalla del mercado.

Volkswagen ID. Polo
B. Naumkin

El ID. Polo convertirá el prototipo ID. 2all en un coche de serie, recuperando líneas limpias y clásicas y el espíritu original del “coche del pueblo”. Sobre la plataforma MEB+ y con tracción delantera, marca el tono de una nueva hornada de eléctricos pensados para la ciudad, con un enfoque práctico que se echaba de menos.

En 2027 está previsto que llegue un ID. Polo GTI con 226 CV, un diferencial autoblocante electrónico VAQ y el esquema de tracción delantera asociado históricamente a los GTI. Grünitz comparó el emblema GTI con Adidas y señaló que los compradores saben exactamente qué esperar de esas siglas.

Volkswagen sitúa estos ID como alternativa a las marcas chinas sin renunciar a la filosofía de la ingeniería alemana y a un listón de calidad alto. Entre líneas, el mensaje apunta más al saber hacer y a la constancia que a los atajos, una apuesta que sobre el papel suena coherente con lo que la clientela busca en la marca.