Prácticamente todos los propietarios de coches eléctricos en China piensan repetir, según un nuevo estudio de Roland Berger: el 99% asegura que su próximo coche también será eléctrico. A escala global la cifra alcanza el 88%, y en Europa se queda en el 84%.

Los analistas vinculan el empuje chino al apoyo del gobierno, una red de carga muy desarrollada y un marcado apetito por la tecnología más reciente. En 2024, los eléctricos representaron el 49% de todas las ventas de coches en China, un salto notable frente al 36% de 2023. En el mundo, la cuota subió del 20% al 25%; en Estados Unidos, del 9% al 11%; y en Europa se mantuvo en el 25%.

El estudio también señala un crecimiento acelerado de la infraestructura de carga en China, con alrededor del 70% de la red operada por cinco grandes compañías. Ese grado de consolidación suele aportar escala y consistencia, dos ingredientes que simplifican el uso diario y, no por casualidad, animan a que el comprador primerizo repita.

Aunque se espera que el crecimiento en Europa se enfríe, los expertos apuntan a los eléctricos urbanos como la dirección principal del mercado mundial del automóvil. Con una fidelidad tan alta y la infraestructura en expansión, el segmento se ve menos como una moda y más como el cimiento de la siguiente etapa de la industria.