Stellantis ha confirmado sus planes de reactivar su planta de Belvidere (Illinois), inactiva desde febrero de 2023. Allí arrancará en 2027 la producción del nuevo Jeep Compass para el mercado norteamericano, y un año después se sumará la próxima generación del Jeep Cherokee. Para modernizar las instalaciones y recuperar empleo se destinarán más de 600 millones de dólares.

En su pico de actividad, la fabricación del Compass y el Cherokee implicará a unas 3.300 personas, combinando reincorporaciones y nuevas contrataciones. Según Mopar Insiders, los primeros Compass debutarán con motor de gasolina, transmisión manual y tracción total, una apuesta que contrasta con la estrategia europea enfocada en los híbridos. Las versiones electrificadas llegarán más adelante, cuando la demanda se estabilice. El plan, paso a paso, suena deliberadamente pragmático: mantiene la producción sencilla mientras el mercado de las variantes eléctricas e híbridas enchufables encuentra su ritmo, y deja entrever confianza en la solidez del segmento sin precipitar la transición.